PHUBBING
consiste en el acto de menospreciar a quien nos acompaña al prestar más atención al móvil u otros aparatos electrónicos que a su persona. En Estados Unidos son muchas las plataformas virtuales que combaten activamente este hábito considerado de mala educación.
Sus argumentos aluden al protocolo más básico a la hora de sentarse a la mesa, como empezar a comer antes de que todos hayan sido servidos o coger comida del plato de otros comensales, y que por supuesto reprueba el acto de ignorar a quien tenemos al lado.
Pero, además, el ‘phubbing’ o síndrome del Smartphone, como también se le conoce, es consecuencia de un uso obsesivo o dependiente del teléfono móvil. Una práctica que también puede perjudicar la salud.
¿Cómo afecta?
El fenómeno puede tener consecuencias devastadoras sobre las parejas, afectando la comunicación interpersonal, la intimidad y el desarrollo de objetivos comunes. En el entorno familiar, puede tener repercusiones negativas sobre los lazos entre padres e hijos, hermanos, y los demás miembros del núcleo.
Consejos para contrarrestarlo y evitarlo
En casos leves o moderados, este trastorno puede tratarse con reestructuración cognitiva y métodos de disciplina, con lo cual la persona puede aprender a respetar nuevamente a su entorno y quienes la rodean, en pocas sesiones. Sin embargo, cuando llega a grados extremos, puede convertirse en una adicción, y requerir la intervención médica, además de un tratamiento psicológico especializado dictado por el profesional, el cual puede prolongarse y requerir de varias sesiones.
Una forma de prever esta condición es manteniendo el celular apagado durante las noches, limitarse a chatear mientras se está en compañía de amistades y/o familiares, o desarrollar estrategias creativas para controlar el uso del celular y otros aparatos electrónicos, como las tabletas.
Una de las actividades en boga es el juego de “Phone Stack”, que consiste en apilar los celulares debajo de todos los presentes en una mesa, al momento de comenzar una reunión o de ordenar la comida en un restaurante. Nadie debe de tocar el celular o prenderlo; el que lo haga, paga la cuenta.
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